Mi mision

"...Quizás deberiamos pasar más tiempo arrodillados ante los demás, olvidar nuestros altares de papel por un buen rato, solo contemplar, verás al cambiar fisicamente tu perspectiva de todos y todo, no solo los enalteces en visión sino también en esencia, es increible como ves la grandeza de todos al inclinarte entonces al ver su grandeza se activa en tu corazón aquello que se le suele llamar amor que no es más que ver el todo en todo, el universo en un solo ser..."

miércoles, 25 de mayo de 2011

Alivio

Si ahora recuerdo, fue entre esas paredes, la luz que entraba a través de aquel agujero parecía una nítida metáfora de mi existencia hasta ese momento, lo recuerdo bien, al ritmo de los pasos ansiosos, y el calor en los cuerpos, el sentir de esa desnuda humanidad, no sucia, no enmarañada de falsas creencias ni odiosos apegos, no enmarcada en el aparentar, me había dado un respiro, un ansiado descanso, pareciese que toda mi propia existencia, mis pasos hacia ese lugar los encontrones y desencontronos en este débil juego, hubiesen confabulado de no se que extraña y caprichosa forma para conducirme hacia ese lugar, no antes ni después, si no en ese preciso momento, y de mis labios salio voz, y de mi cuerpo movimiento, que calzaba a la perfección con los latidos de mi trastocado y hasta ese instante privado corazón, entonces finalmente hubo un sentido

Felicidad efímera

El mundo parece un lugar demasiado hermoso para ver mi cara danzar, para presenciar mi derrumbe, la putrefacción de mis facciones, la felicidad parece embargar a todos, aún en sus patéticos estados, aún en su miseria, ¿es acaso un don sentir la felicidad en tan vanas circunstancias? ¡la maravilla de la mediocridad!, ¿ese eso ser feliz?, ¿o se encuentran presos al caer de sus caretas?,¿ o no es más que una débil fachada?, de un barato material, en oferta adquirido, y si es ,¿ si es la envidia la que me corroe ahora?, o quizás la adoración y conocimiento de algo mejor, algún sentir superior, si, es eso y que otros ahora llaman felicidad, robándole a esta el significado que realmente merece, pues yo si la conozco!!, y fue mía, aunque sea por un momento, al sentir el frío de la mañana, el verde brillar bajo el débil rocío, de otoño, el cielo, celestino y a sus anchas dolorosamente bello, y esa belleza no cabía en mi pecho, y creí morir, morir al ver tanta belleza, mientras luchaba por poder respirar y mantener los ojos abiertos para así tragar tal magnifica visión, la bóveda hubiese querido me llevase, y arrancarme de un jirón de esta caparazón de carne, donde este sentimiento fuese infinito e inmaculado no un instante, un efímero instante preso en los apolillados edificios, a la sombra de no se que, gigantesca construcción, en el negrusco andar de los zombies que nos rodean, que maquiavélicamente dibujan en sus rostros algo parecido a una sonrisa, que seguramente dirán ellos es de felicidad, pero que en el ocaso de sus sórdidas y penosas noches, y de sus vacíos y vanos días, sabrán no es así, mas la tétrica coreografía será interminable para ellos.