Quizás ya lo supieras y tú siempre correcto, callas, discreto
Si es así no me lo hagas saber, te ruego
Déjame las ilusiones, la añoranza de un día ser tu dulce
compañera,
Deja que en mi mente adorne la primavera, para habitarla en mortal silencio,
Cuando afuera golpeen las frias tardes invernales.
Déjame la duda,
Déjame la duda,
Como delicada grieta en donde se desliza el sol tibio de la
mañana,
Bañando con su divinidad las oscuras paredes de aquel dolor
de no saber de ti.
Y al mismo tiempo que despertándome me trae tu imagen,
me trae la esperanza de un mañana para los dos
me trae la esperanza de un mañana para los dos
Quizás lo supieras, siento yo que así es,
Aunque fervientemente deseo equivocarme, por esta vez, que erre
mi intuición
Deseo equivocarme pues el solo hecho de pensar que me has
descubierto,
me eriza la piel, rasgando aquello que tan celosamente escondo,
dejándome al descubierto
me eriza la piel, rasgando aquello que tan celosamente escondo,
dejándome al descubierto
Tendría que huir lejos
de todo aquello que me recuerda a ti, reflexiono
Tendría que inventar
un nuevo disfraz otro potente y gélido personaje,
En donde este a salvo de mí, de ti
De este sentir, que es mío,
que nació a lo largo de los años, en silencio,
Contrariando mis palabras,
contrariando lo que fui, o creí ser.
contrariando lo que fui, o creí ser.