Entonces tu voz atravesó
los rígidos paradigmas del ayer, se desmoronaron
Nada más importo
Y ansiosa de absorber más y más, de aquel néctar
divino,
Me zambullí en los
mares de tu visión
De tu contacto,
Tu cercanía días añorada.
Siendo tan breve los
momentos, en mi esencia eternos recuerdos perpetuaran para calmar mis
soledades,
Ancla que me mantendrá
al centro profundo de mi serenidad,
Contra las tormentas
de este vaivén emocional en el que me tienes,
Ancla feroz serán tus
ojos, tu risa, tu recuerdo
Ancla y embriagues
mortal a la vez
Ancla y perdición, pues me ata a lo desconocido,
A mi propia alma
expuesta ante ti que se hunde temblorosa y resignada al paso del tiempo,
De tu tiempo