IV
Te he
expuesto todo cuanto he podido
Cuanto
me he permitido
Como
abandonarme ahora, hace tan poco conquistada
Ceder
terreno al hijo del enemigo
Al
adversario
Me he
encontrado hace tan poco y ya me siento traidora de entregarte estas líneas
¡Vendida!
Te
compraste el cuento de nuevo, chillan todas las mujeres tras de mi
Las que
solté, cuando deje soltar libre el cabello al viento, tan libre como para
perderlo
Las que
fluyeron como el agua que me bañaba desnuda para encontrarme
Gritan
ahora
¿Como
explicarles, que aún creo,
que la
hembra grita en mi y busca su compañero
que
aquel incendio arrasó con todo pero corrí para guardar bajo la humedad de la
tierra el deseo de un sueño, el deseo de encontrarte?
IX
Creemos
cuanto vemos,
No
abordamos el más allá
De
limitaciones nos formaron y deformaron
De
conceptos y métodos frente a los cuales crear nuestra realidad
Y
nadamos sufrientes desde una felicidad comprada a una ansia masoquista
Jugamos
a ser el reflejo de un Dios bastante mediocre
Que
adorna la falta de amor propio con humildad y la aplaude
Y el
pesimismo con realidad, con aquello alcanzable y deseable
pues
somos muy pequeños e insignificantes, nos excusamos
por
temor a la sublevación, te venden tu historia
pues si
somos hijos de Dios, idénticos a el,
¿Eso no
nos convierte en dioses?
XI
Mi
cuerpo
Mi
blanco lienzo donde pintar mis sueños y recordar mis fantasías
Mi
blanco lienzo que es abrigo, calor, mi manantial de emociones
Mi
humanidad enraizada, conexión con madre-padre
¿Como
he de cubrirlo?, he olvidado aquello que llamas impropio
Porque
no distingo más que un cuerpo, y sus múltiples funciones
Aquello
tan humano, es tan divino
Somos
tan afortunados
Somos
tan afortunados
Creación
de los dioses.
XII
Deleite
¿Sabrán
los dioses del deleite de una caricia?
La
exaltación de los sentidos, al más leve roce
Recorrer la suave
piel, centímetro a centímetro
Dobleces, partes suaves, delicadas,
La expectación de la mente cuando entre susurros reconoce
donde se dirigen los temblorosos dedos, o los labios
Y tu ser se inquieta, en una corriente de electricidad que
te regala una punzada en los pies cuando sientes la humedad aparecer, la tibieza del fluido que invita al juego a
ese encuentro tan esperado.
Quien más que tu
Quien más que tu
Quizás lo has esperado todo el día, y por un leve momento
dejas la culpa fuera de la habitación.
Quien más que tu
Quien más que tu
Te das la autorización, de amarte tu primero
recorrerte, acariciarte, embriagarte de deseo por ti misma
de darte el placer que tu mereces, de darte las palabras que
sueñas escuchar
parece un sueño el alcance de este momento.
¿sabrán los dioses de esto?
dicen que somos una costilla nada más.
Pero ahora,
Aquí,
Eres la propia Diosa, vuelta mujer,
En tu tibieza, en tu calor, en tu instinto descansa el
mundo,
Entre tus piernas el universo se reinventa,
en tu orgasmo el big Bang, se renueva y da a luz galaxias
inexploradas.
