No estamos solos
Del padre sol seguimos el rastro
Dorado y anaranjado sendero bendito
A su paso germinan semillas y se abren las flores
Al son del susurro del suave rio primaveral.
Hadas, duendes
Faunos y mariposas
Criaturas de cuentos, de fábulas
Seres difíciles de encontrar
Tejen sus encuentros entre telarañas y cuevas escondidas
Justo antes del atardecer.
Seguirán tu paso,
Todo el trayecto o solo una parte de el
Estarán cuando los necesites
Cuando la soledad te agobie o sientas sed
Oirás la música o un agradable pensamiento tu corazón tranquilizará
Incluso tal vez adopten humana corporeidad
Una mano, una compañía, un saludo u otra señal.
Ellos saben como ayudarte a continuar
Y si de repente al llegar a destino ninguna de las señales
logras apreciar
Es que tu alma reúne tal
fortaleza que de seguro son requeridos por alguien más.
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