Mi mision

"...Quizás deberiamos pasar más tiempo arrodillados ante los demás, olvidar nuestros altares de papel por un buen rato, solo contemplar, verás al cambiar fisicamente tu perspectiva de todos y todo, no solo los enalteces en visión sino también en esencia, es increible como ves la grandeza de todos al inclinarte entonces al ver su grandeza se activa en tu corazón aquello que se le suele llamar amor que no es más que ver el todo en todo, el universo en un solo ser..."

viernes, 1 de enero de 2021

Luz o Fuego

 

¿Ves cuando estas al borde de un precipicio del que te costó subir, trepar y escalar?, por ratos te asombras de la proeza, aun con el cansancio, aun con temor, pero satisfecho, dudas si quedarte a descansar o seguir subiendo, una parte te dice que mereces el descanso y otra que es mejor no confiarse, bueno a veces creo que nos confiamos, y es que mirar al precipicio te atrae, te hipnotiza, y sin darte cuenta estas ya, con los pies en el barro, de nuevo.

El tema aquí es uno que nos reúne, nos llama y nos convoca desde hace tiempos inmemoriales, ¿Quiénes somos?, pero no me refiero a ese listado de características inamovibles, que desde pequeños nos llevan a intentar definirnos, si no, de cuales son nuestros verdaderos impulsos, y necesidades, ¿será posible llegar a esa respuesta, acaso?  cuando creemos llegar, a veces surge otro, como un espejo, un reflejo, el arte es saber distinguir lo que el otro nos refleja de lo que el otro es, y las necesidades del otro, ¿Cómo saber cuándo se nos refleja aquello que debemos trabajar de aquello que percibimos del otro? ¿Y cómo saber si lo que percibimos es nuestra interpretación de las necesidades del otro o las necesidades reales?

Es en base a esta interpretación que a hacemos que actuamos, muchas veces desde la defensa, como si la vida fuera un campo de batalla, tal vez falte mejor escucha y no solo de los oídos, sino también de los ojos, una escucha de los ojos, para ver las acciones que el otro ejecuta, y responder a esta, no como un ir y venir de palabras , cargadas con frustraciones, si no como una danza, un entrelazado de oraciones, de historias, que traen en si misma dolores, miedos, alegrías y expectativas, mejor dichas acá como necesidades encubiertas.

Vamos volviéndolo subjetivo. Parecía fácil antes hablar del yo en términos de elecciones cotidianas y simples, pero cuando ese abrirse esta relacionado con expectativas respecto de otro, volverlo más real y concreto, puede generar temor ¿Por qué? Puede haber una negativa, un sentimiento de rechazo al no coincidir el otro, entonces expones tu deseo y el otro no piensa igual, no coincide, no hay sintonía, siento que ahí radica la dificultad de ser honesto, porque corremos el riesgo del abandono, una de las heridas que puede dejar la infancia.

Y el problema además es que si no nos enfrentamos a nuestras necesidades, expresándolas, mostrándolas, por una parte el otro con quien nos intentamos vincular, no las conocerá, no habrá una real intimidad, e iremos por la vida repitiendo una forma interaccional superficial que  a corto plazo será lo suficiente para sobrevivir, pero luego se llenará de frustración al no ser lo que somos (sea lo que sea eso), en un segundo camino si exponemos las necesidades, podemos ser abandonamos (confirmando nuestro temor y nuestra herida de la infancia).

Ahora está la posibilidad que todos deseamos en el fondo, alguien que nos acoja, que no nos juzgue, pero cuya cercanía tiene efecto tanto en el otro como en nosotros, porque al igual que todos también tiene una infancia herida (¿quién no?) y ha aprendido sobre esta a poner límites, o establecido ciertas estrategias más o menos sanas para cuidarse, así explicado pareciese simple, hablar desde lo más intimo y natural, pero en el cotidiano  si nos dejamos llevar por el caos, esta danza de palabras e historias es fácilmente alterada, obstaculizada, por aquello que tenemos más a mano que es actuar desde la herida, si es abandono entonces estoy a la defensiva ante todo, todos me quieren herir, y para cuidarme, debo atacar, y el otro, como otro en proceso, en aprendizaje recibirá nuestro daño, al ser visto como una amenaza, tal vez a la integridad de ese yo que hemos construido en base a una percepción de un entorno distorsionado (por nuestra herida).

Es fácil caer en la vorágine de la herida, porque año a año calo ese camino en la psique, como la memoria muscular que aprende nuestro cuerpo tras horas y horas de aprender una coreografía, es fácil, lo puedes hacer con los ojos cerrados, no significa ningún gran logro, te ayudo a sobrevivir si, fue funcional, a cambio tal vez de algunos dolores y magulladuras, lo difícil es tal vez incorporar otros pasos, nuevos movimientos, no hablo de empezar desde cero, porque el cuerpo recuerda, tal vez baste con otra perspectiva, principalmente si quieres bailar con otro.

Sabemos que hay toda una hoguera interna a veces, que quema como el peor de los recuerdos, que se alimenta del peor de los pensamientos, que tiene principio y final, pero tratar de apagarla no pareciese la solución, ¿te has sentado frente a una fogata?, en ocasiones pareciese que el humo siempre te persigue y te hace llorar, bueno aquí es lo mismo, tal vez ese fuego quiera ser visto, sentido, sentido su calor, que también es luz, esa luz que nos puede guiar hacia lo que debemos sanar.

miércoles, 15 de julio de 2020

Una profundidad, un túnel

Intento imaginar más allá,
más allá de esa tendencia a cumplir, a validarse, a mostrarse siempre atenta, siempre perfecta, casi complaciente.
Entonces un recuerdo que parece más cuento añejo me llora y es la mano fria de una niña que soltaron en el pasillo oscuro a media noche, esa misma niña mujer ha llorado ya en consultas y hospitales, intentando llenar un hueco que parece tan profundo.
Aqui esta nuevamente, con miedo a perder y a soltar, tal vez ese aparente hueco debe dejar de ser visto como tal, quizas hasta merezca un poco de gratitud.
Quizás hasta le diremos ventana o túnel, un túnel desde donde descender a mi de vez en cuando, aunque sea solo para decirme, asi como eres, eres perfecta, asi como sientes esta perfecto, y darme la mano yo, y cuidarme yo, si al final del dia, nadie más que yo esta para enfrentar el reflejo del espejo, nadie más que tu y tus historias.

viernes, 19 de junio de 2020

Silencio


Esta noche gane, o así pareciera, sabes lo que es pelear contra tu mente, contra las ideas que tan fácilmente llegan como atraídas por un imán, y un torbellino portentoso, cuando  crees que  puedas con una surge otra, luego otra, es estar siempre ahí, siempre alerta, de noche cuando quieres descansar, cuando todos pueden descansar, tu estas ahí, al borde, siempre al borde, tratando de atrapar los pensamientos, tratando de destruirlos, pero siempre queda algo, siempre logra colarse una palabra, “no podrás, todos están mejor sin ti, él tiene razón, siempre será igual”, entonces una lágrima cae y sientes que ya nada importa, una vez más está aquí, y así hubiera sido,  y tal vez lo sea luego, pero no quise escuchar, no ahora, hice caso omiso a tantas cosas, para alcanzarte, tuve miedo, a ser rechazada, juzgada, olvidada, perdida, pero hice caso omiso, estabas a menos de un metro y sin embargo tan lejos, estabas como siempre quise desde que te conocí, pero tan lejos, entonces cante una canción que silenciara todo y el todo fue música, entonces mis dedos te encontraron y por fin llego el silencio.


Marea


De las mareas internas
De las mareas internas que a veces agotan otras tanto cautivan,
mareas internas que soy yo y temo, marea soy, mareas siento.
Sera lo que agota el ser mismo, o será la total ausencia de dique a sus aguas, porque las siento perderse hasta secarse por completo sin llegar al punto que anhelan.
Porque las siento secarse sin alcanzar a humedecer la garganta o los tristes ojos de otoño, ojos de despedida.
Y las siento secarse en preguntas que ni siquiera formulo y en sensaciones que pretendo omitir.
Asi las mareas internas no del todo bien recibidas se aglomeran en la entrada, cada una con su historia y su recuerdo, siempre listo a florecer, latente, y latiente, sintiente al presente.

domingo, 24 de mayo de 2020

Esto que siento dicen es amor


Habemos de inventar nuevas palabras, conceptos consensuar, pues un te amo carece ya de cierta intensidad, un te vivo, o te siento me resuena más, se acomoda al menos a lo que me haces experimentar.
así distinto cada día, a cada instante se arma y se vuelve a armar
 en mi mente la idea de quien es el que ahora me ha de acompañar
pudiendo ser todo cuanto quisieses tal vez si fueses canción te cantaría cada día, y un día más, haría el esfuerzo de afinar mi voz así no te dejaría de escuchar
Si fueses atardecer y aunque lejos estarías, escalaria la montaña más alta solo para sentarme a contemplar
Aunque fuese tu despedida, sería un deleite que quisiese presenciar.

Mar, si fueses mar yo en tus aguas me bañaría, no importando el frio, ni tus mareas, iracundas
 me dejaría arrastrar solo para bucear en tus profundidades, aun perdiendo el rumbo, aun perdiendo el rumbo
 y así siendo tan basto como el mar también serias minúsculo, como una taza de té,
sí, una taza de té, te sostendría entre mis manos sin apretarlas solo para entibiarlas con tu calor, bebería sorbo a sorbo su amargo dulzor.
Flor también podrías ser y si lo fueras, no sabría cual,
pero me recostaría en la hierba solo para verte bailar al son del viento,
 no te arrancaría, más haría de ese lugar, mi lugar de tránsito habitual solo para saludarte y verte brillar
 Finalmente, si lejos de poseer colores fueras la noche, dormiría con las cortinas abiertas para llenarme de ti, imaginando las estrellas y los miles de astros que han de atravesarte, mientras me duermo en tu inmensidad,
pero eres solo un ser humano parecieses sin embargo un poco más, o tal vez sea la limitación del lenguaje  la que nos hace tropezar, al intentar encajar palabras que solo separan en lugar de incorporar, que tanto tu y yo somos todos parte de un mismo respirar.

Sabrán



Sabrán tus ojos de los míos cuando no estás, que alguien los recuerda que este mísero tal vez par o más de kilómetros que nos separan se desvanecen,
porque te siento y te respiro en silencio, acomodándome entre tus brazos cálido hogar que me reconforta y adormece plácidamente.
Sabrán tus manos que las mías aun te buscan y te toman, amigo, compañero de estos días.
Cuanto pesará lo que creemos conocer de tiempo porque parece una grieta haberse enfrascado sintiéndose tan extensos los momentos que llevo mirándote que no cabe todo esto en cuatro o cinco meses, un error de cálculo tal vez y no se porque me sienta tan bien tu sonrisa al lado de la mía, y tu risa tanto alboroto a mi corazón, mi corazón que se siente cicatrizar y bañarse de un suave bálsamo que lo recubre.
Es tu alegría la que me levanta y me lleva a querer jugar y soñar, es tu calma también y tus pensamientos de quienes me dejo abrazar, todo ese mundo tuyo que se despliega en colores y poesías, cuentos y conversaciones del que me quiero llenar, conversaciones que no se detengan más si no es alguna vez para besarte.
Cuando hablas mi corazón vuela lejos contigo y es un ave sin prisa ni destino más que ser parte del viento, y construimos mundos que tal vez no pasen de una noche pero me llevan a conocer las avenidas de tus deseos y algún que otro recoveco de inseguridades y fantasmas, déjalos también aproximarse.
Atesoro también los fragmentos de cotidianeidad que compartimos, así, aunque no este ahora o mañana cerca de ti, no requiere ningún esfuerzo a mi alma el acompañarte donde quiera que estés.

martes, 10 de marzo de 2020

El Buscador


El verdadero buscador es quien en su propio laberinto se descubre, alumbrando pasadizos olvidados y enmohecidos, alguna vez temidos.
Por aquello nada es nuevo, solo reprimido y oxidado, es levantar el velo de lo incierto.
Te ves, te viste, o creíste verte ¿y cuan real fue? ¿cuán cierto o certero? ¿iluminaste acaso esas verdades que te hacen morder los labios y silenciar tu verdad? ¿cuánto fuiste capaz de ver antes de cerrar los ojos llorosos?
Tan ansioso de verdad, de realidad, de aquella sustancia que movilice tus acciones, tu arte, tu sentido, que destruiste lo anterior, para crear un espacio nuevo, inventando segundos.
Dejaste así asomar tu esencia por esas fisuras que creaste para no desfallecer para no morir viviendo y así en el tiempo sin tiempo, te fuiste encontrando, saliendo y volviendo a ti, cuantas veces fuese necesario.
Tal y como la marea bajo luna llena, si, como la marea, como las playas que recorres descalzo, sin saber donde llegarán tus huellas, y parecieras aún estar a la espera, mientras observas impávido el horizonte y con él, los botecitos y las aves libres, sin destino seguro, como si parte de ti se dejase envolver en ellas, perdiéndose en el todo.
Como si quisieras abrazar la existencia misma, su vida y vigor, renaciendo al amanecer y muriendo un poco al caer el sol en un ciclo eterno, y estas entonces ahí de pie intuyendo una verdad ¿Qué es la verdad más que seguir lo aparentemente inseguro pero que ya descifras en tu interior? ¿qué es la verdad más que identificar el suspiro y el camino en el cual encuentras paz?