Mi mision

"...Quizás deberiamos pasar más tiempo arrodillados ante los demás, olvidar nuestros altares de papel por un buen rato, solo contemplar, verás al cambiar fisicamente tu perspectiva de todos y todo, no solo los enalteces en visión sino también en esencia, es increible como ves la grandeza de todos al inclinarte entonces al ver su grandeza se activa en tu corazón aquello que se le suele llamar amor que no es más que ver el todo en todo, el universo en un solo ser..."

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Espera II

La espera II
03/03/2009
El día se hacia interminable mientras Mariana esperaba en su habitación, Edgard había prometido que intentaría traer noticias, pero que de no ser así, que no se intranquilizara pues solo seria en ese caso una falta de tiempo nada mas, le acongojaba la idea de abusar de la buena voluntad del anciano y quizás arriesgar otra cabeza, mas le confortaba la idea de ver a su amado trovador libre de todo peligro. Al caer la noche y no tener noticias de Edgard, Mariana decidió intentar la misma artimaña a la mañana siguiente, entonces nuevamente fingió un terrible malestar para que este fuese mandado a buscar, mas lo único que obtuvo como respuesta fue un lejano viaje que este había realizado por motivos familiares y rápidamente acabo con su farsa replicando sentirse mejor y no necesitar ya ningún tipo de asistencia, su única esperanza era esperar, ya que en la carta se indicaba la fecha y lugar de un nuevo encuentro aunque tardío pues necesitaba alejar las desconfianzas de su padre y hacerle creer a el, que sus amoríos con el trovador habían terminado, y así los días pasaron, los días mas tristes de su vida, no recordaba haber sonreído ni secar jamás completamente sus ojos y los días se convirtieron amargamente en meses hasta que el día llego y para su asombro descubrió que le amaba mucho mas que antes, sintiendo como renacían lentamente sus ganas de vivir, entonces conteniendo la emoción, salio de su habitación a pedir autorización a su padre para recorrer los jardines del palacio, informándole que aquel suceso con aquel trovador, había sido solo un capricho y ya no significaba nada, el rey no se opuso, mas debió ser acompañada por su doncella, ambas salieron del palacio y basto un descuido de la criada, para que mariana cambiase de dirección y se internara en el bosque que rodea al palacio y camino rápidamente, el trayecto le había parecido interminable, pero la sola idea de verlo nuevamente le daba fuerzas, entonces lo imaginaba de pie junto a la cascada como decía en su carta, mas cuando por fin llego al lugar el no estaba, debo haber llegado demasiado temprano se dijo, dándose ánimos y espero cerca de dos horas, mientras pensaba en que pronto estarían juntos nuevamente y no volverían a separarse, ya había oscurecido y de el nada, pero nunca se dio por vencida y siguió esperando y espero días enteros, de pie siempre aguardando por el, y cuando tristemente su frágil cuerpo no soporto mas aquella agonía cayo al suelo muerta, tanto tiempo había esperado que lentamente miles de raíces recorrieron la tierra que soportaba su cuerpo levantándola y cubriéndola, sus pies se adhirieron al suelo, arraigándola a la tierra que había recibido por meses sus lagrimas, convirtiendo sus piernas en raíces, y sus brazos y cabello en ramas, así el bosque la mantuvo de pie siempre a la espera del trovador. Un oscuro y frió día de invierno un ave exhausta voló hacia aquel lugar a refugiarse de la lluvia y posándose en una de las ramas comenzó a cantar, entonces las ramas del árbol comenzaron a moverse lentamente como si despertara de un profundo sueño, quizás haya sido el viento que mecía al árbol en una típica tarde de invierno, quizás el árbol conocía esa canción

1 comentario:

  1. Creo haber leído algo tuyo hace tiempo en un fotolog y me ocurre lo mismo que con el cuento de ahora, me llama mucho la atención el final. Parece ser como tu firma, un final que deja como... :o Que no sabes si es un final triste o un final feliz. El personaje encuentra la muerte, pero la encuentra de tal manera que no se arrepiente de nada. Muere por lo que más desea, por lo que más ama.

    Se dice que los escritores siempre dejan huella de sus propias experiencias o algo de su vida en las historias que crean. Me atrevería a decir que no la pensarías dos veces para dar la vida por la persona que más ames en el mundo. Suerte para el que conquiste sinceramente tu corazón.

    Saludos!

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