No llena una caricia aquel hueco purpureo que me he traído
arrastrando del paraíso, como obra sin finalizar, no acabado atado de emociones
inconclusas, humano.
Tampoco el contacto de labios clandestinos, un roce de manos, un
abrazo, pues rio de ellos, a mi distensión se prestan.
Aquello que me trajo acá, no encuentra respuesta en el plano
de la piel.
Dame una idea, una ilusión, en donde mi mente fecunda, haga
florecer eternidades, dame excusas para imaginarte.
Dame la fantasía de lo imposible a los ojos comunes, lo excéntrico,
una rareza anticuada
O tan solo una mirada fugaz, apenas imperceptible, que no
ruborice, ni siquiera haga sonreír, pues basta un instante para tender el
puente entre los dos, una mirada de
causa inexplicable, un suspiro, un asentimiento, eso basta y vete.
Deja el resto para mí
Déjame el comienzo de una historia, un párrafo magistralmente
descriptivo de nuestro encuentro nocturno
El prólogo tan solo, que en mi sueño creador desarrollaré de
tan diferentes formas la continuación, así el tedio no caerá jamás en tu digna
frente, ni la desesperanza en la mía.
No importa nada más, la incertidumbre es mi mejor alimento,
veneno y néctar divino
Pero dame un comienzo, perfecto ser, una señal de que asirme
en las tormentas, un retoño de rosa, un retazo de posibilidad amorosa, una
promesa de mañana.

No hay comentarios:
Publicar un comentario