Agujero ardiente es la totalidad divina,
A tientas nos
impregna
Dan a su atardecedora cordial saludo nocturno
Donde dioses derraman
de caricias a la terrestre esfera,
La física estadía es
visitada
En el paraíso no pensado, no sentido
Los vislumbro cercanos y mansos
Tal brisa tibia primaveral, es su presencia,
En el siniestro fulgor de amor eterno.
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