Me
he arrancado de cuanto he tenido
Voces
internas, miedos y esperanzas
Me
he sentado al centro de lo que solía ser,
Con
una balanza en las manos y medio muerta
Mientras
tu luz cae desde un agujero que hizo el cielo para guiarme
Caes
en mi rostro, en mi corazón, en mis manos…
“Y aunque no te vea, te siento en la
belleza que me rodea cuando hastiada de mi mente, salgo a caminar...”
“No pretendo sino olvidar lo que alguna vez
quise y entregarme a lo que va surgiendo, en el querer está el deseo y en el
desear la idea implícita que todo cuanto hay no es suficiente, ni perfecto y el
vivir sin esa sincera sensación, es la peor de las vidas, por eso yo acepto”
Me desnude de
cuanto pude, de mi voz, mi pensamiento y ropa, de mis alimentos y refugio
Y me sentí tan colmada, que olvide el sentido de lo
anterior, descubriendo lo innecesario de tanta carga
Nos encontramos y acabaron los paseos solitarios, no supe del hablar
sin sentir resonancia, o la nostalgia.
Nos encontramos y no falto más compañía
Las risas a veces aumentaron y si no en estado de perfecta conexión
me sentía…
“Que irónico descubrir tras avanzar unos
años en este camino, que el despertar espiritual se alcanza cuando nos
entregamos a la vida así tal como nacemos, sin nada…”
“La tarea de desvestirnos a veces es cruel
cuando confundimos ropa con piel, quienes somos con qué queremos mostrar,
nuestra forma de ser, de nuestra forma de defendernos, las verdades del entorno
de las nuestras, y la felicidad con la comodidad”
“Desestructurarse es más complejo que el
simple hecho de cambiar de estructura, es aceptar que no hay estructura”
A veces alimentar a las palomas esconde el
deseo de acompañar su vuelo, como si aquello nos asegurar el despegue, es más
oportuno alimentar el propio y batir las alas a su lado…
Mi corazón es de
lluvia
Mis pies de
tierra
Mi voz el viento
Y en la cabeza
llevo una enredadera
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