Siempre pensé que conformarse dolía y mucho,
pero no conformarse también duele, ayer pensaba en mis padres y su matrimonio y
muchos otros, que tras tiempo y discusiones se mantienen juntos, infidelidades,
peleas, hasta golpes a veces o humillaciones, pero perdonan o supuestamente lo
hacen, y continúan, décadas y décadas, en el nombre del amor, entonces pensaba
en mi, primero como quien no tiene ese privilegio, ¿seré muy mala?¿habré tenido
yo la culpa?¿no supe comprender, perdonar o aguantar?¿muy mañosa, irritable, rígida
mentalmente?, segundo pensé que aquello
que quiero y a lo que aspiro lo puedo
conseguir sola, partiendo por hacer uso de mi tiempo como quisiera y pensar en
mi antes que en cualquiera, eso perdí.
Muchas veces las personas continúan juntas
por comodidad, muchas veces las mujeres lo hacen por estabilidad económica,
emocional, porque se han construido en base a otro, es decir porque junto a
estas personas ganan más que pierden (a sus ojos por lo menos) pues básicamente
las relaciones se construyen en torno a los costos v/s beneficios, ¿y por qué
no continúan juntas? Los costos son más
altos, ya que exigimos más, al darnos cuenta que solos somos más o nos encontramos
con mejores versiones de nosotros, siento que para aquellas mujeres, con más
estudios, roce social, mundo si se quiere llamar, salvo excepciones se nos es
más fácil (o espero que asi sea por lo menos por mi) re-crearse, porque no
pasamos de la mano del papito a la del marido, si no porque antes hubo una conexión
consigo misma y aunque doloroso, se retoma un camino ya andado, claro con
nuevas responsabilidades como los hijos, pero se retoma algo ya conocido, en
parte, porque esta versión debe ser inquebrantable, entonces así como lo
planteo, conformarse o no es el punto de inflexión, ¿porque hablo de
conformarse? Porque cuando aquello que tienes en frente te genera más malestar que
bienestar y lo aceptas por miedo al cambio y a salir de la zona de confort, te
conformas, hay personas que por X motivo pueden con aquello, bien pensando que
él/ella puede cambiar o bien, haciendo la vista gorda y pensando “podría ser
peor” y nos alimentamos de los recuerdo y los breves momentos de bienestar,
para mantenernos ahí, cómodos, otras personas en cambio, sentimos la diferencia, somos más idealistas
y en algún punto, quizás se quieran más o alguna vez se quisieron más entonces,
¿si soy “buena” porque vivo esto, me quedo con esto, no mereceré algo mejor? Y comienzan
las crisis para empujar al otro a lo que creemos es mejor para nosotros, la
resistencia nos frustra, irritabilidad, caos, en algunas ocasiones siento de
verdad que tras una buena comunicación se logra conciliar algunos puntos,
cuando ambos están de acuerdo, pero cuando para uno de ellos los reclamos del
otro no son importantes o son solo producto de su neuroticismo, no hay marcha atrás, no puede haberlo, la consigna es no conformarse, es cierto
que dolerá, porque por ahí andan los críos corriendo haciéndote recordar, y obvio llorarás, te culparás, lo
culparás, pero es momentáneo, pero conformarse a algo dañino puede tener
consecuencias para toda la vida.
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