La oscuridad se hizo
dorada en tu recuerdo, esta noche
En la remembranza de
lo que no fue, y no será
En tu piel que me
llamaba, viví
En mi piel que la
deseaba, me arrepentía
Volviéndose lava ¿no viste?, ¿no sentiste?
Temblé y temblando, a
pulso logré callar mi cuerpo, lanzar lejos el gritó de la carne
La ansiedad de mis entrañas
que al igual que brasas escondían un calor infernal
Cuanta sangre a
costado lidiar esa batalla, como enfriar el deseo que despertaste, enfriar mis
ansias de ser poseída
Mientras las huellas
de tus manos despertaban el caudal de mi humedad
Deseaba no desearte, deseaba no ser deseada
Mas
La chispa reavivada
ante la tibia brisa marina, su deleite, casi me consume
Casi abandono el
cuerpo y el juramento en tus brazos
Así a un peldaño de la hoguera
Mi redención
Pues en mi alma pesaba el pacto pasado con una ilusión
que como tambor impertinente en mi sien rogaba tu partida
Y rogando tu partida,
ya extrañaba el sentir
Vete con tu deseo,
Con mi ardor secreto.
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